El encanto del vintage

Scans del número de febrero 2012 de Harper's Bazaar Argentina.

En el número de febrero de Harper's Bazaar Argentina y bajo el título de "Al rescate del pasado", Cecilia Conde hace un recorrido por distintas tiendas vintage de Buenos Aires y da la palabra a sus dueñas, encargadas de descubrir y salvar reliquias del olvido, restaurarlas y volver a ponerlas en circulación.

"Usado hasta el cansancio para definir desde un jean nuevo pero desgastado, un vestido inspirado en el diseño de otra época o una tienda que vende colecciones pasadas de una marca, el término 'vintage' perdió todo sentido cuando se convirtió en parte del discurso del mainstream. ¿Cuál es el significado real? No existe una definición precisa. La moda tomó prestada la palabra de la cultura del vino. Aplicada a la indumentaria, los más radicales coinciden en que deben ser prendas que, por su diseño, confección y materiales, puedan identificarse como parte de una década concreta de la historia de la moda posterior a 1900 y que tengan, al menos, veinte años de antigüedad. Hoy, los corsets que Jean Paul Gaultier diseñó para Madonna a fines de los 80 son vintages". (Página 72)

Muy lejos de seguir sus recorridos pero con la misma mentalidad, cada tanto suelo visitar el guardarropas de mi abuela paterna y hacerme de tesoros que no tienen precio. Hace unos días repetí esta costumbre y se me ocurrió fotografiar algunas de las "perlitas" que encontré, la mayoría de varias décadas atrás, para compartirlas con ustedes. Fue un lindo momento en que mi abuela y yo, compenetradas en la labor de una productora de moda, elegimos cada una las prendas que les mostraríamos y cuidamos cada detalle para que lucieran en las fotos. Mientras yo hacía mi trabajo, ella me contaba detalles de las camisas, faldas y trajecitos, cada uno impregnados de historia, anécdotas y vivencias de otros tiempos.

Falda de tweed de su autoría en colores terrosos, camisa a cuadrillé y saco de tweed color maíz.

Flores y muchos colores: blusita y chaleco confeccionados por ella misma, y camisa comprada en Mar del Plata, años 90's.

Falda de seda natural con colores y formas abstractas de su autoría; chaqueta metalizada de colores tornasolados; blusa estampada.

Conjunto de blusa y saco pintados a mano, comprado durante un viaje a Buzios.

Saco de pied-de-poule; cartera inspirada en la 2.55 de Chanel, que perteneció a mi bisabuela; falda estampada comprada en Galerías Lafayette, París; cartera con franjas bitono y cadenas al estilo de la maison francesa.

Indago sobre el origen de la prenda, profundizo sobre su historia y anécdotas, testeo su calidad y caída, me la pruebo. Casi siempre vuelvo con algo en mis manos, alguna reliquia que, después de años olvidada en el fondo del guardarropas de mi abuela, va a revivir en el mío, va a ser combinada con otras prendas y a experimentar otras vivencias.

Entre las cosas que atesoro en mi ropero desde hace un tiempo se encuentran las dos carteras de la última imagen, ambas de cadenas entrelazadas con tiras de cuero. Pequeñas y con modelos típicos de décadas pasadas, este estilo de carteras hará furor en el invierno 2013, cuando los maxi bolsos dejen de ser protagonistas.

También tengo varias camisas estampadas de géneros únicos que mi abuela solía comprar en las grandes mercerías platenses que ya no están, para luego confeccionarse ella misma sus prendas. Una vez en mis manos, me gusta implementarlas con prendas básicas, para así darle aires vintage al outfit. Acá les muestro cómo combiné una de esas camisas, que tiene estampa barroca, colores terrosos, charreteras y botones metálicos.

Camisa estampada, combinada con remera blanca básica, jean semi-gastado y cinturón de hebilla grande.

La verdad es que no suelo frecuentar tiendas vintage, ferias americanas o mercados de pulgas y nunca compré ropa usada porque soy bastante maniática por la limpieza y siempre me da incertidumbre no saber quién fue el dueño de la prenda. Aún así, me gusta muchísimo la ropa de antaño y creo que visitar el guardarropas de una abuela o tía es una buena opción para quienes no nos animamos a comprar vintage.

¿Son de comprar ropa en tiendas vintage o prefieren revolver el ropero de la abuela? ¿Les gusta sumar un toque retro a outfits modernos?