26.9.14

El jean, más vigente que nunca


Blusas de seda con trabajos de pedrería, trajecitos con estampas arty en colores pasteles, sandalias con apliques de gemas y un sinfín de prendas y accesorios en los que los detalles marcan la diferencia hacen del local de #JazminLaPlata un paraíso chic. Sin embargo, hoy todas las miradas están dirigidas hacia una mesa que exhibe siete jeans de distintos cortes y lavados. A su lado, Ana Torrejón agasaja a las clientas de la firma en un encuentro exclusivo en el que el #denim es protagonista.
La directora de Harper's Bazaar Argentina es delicada, pero convincente. Habla suave, con mesura, pero su mensaje es rotundo. Cada una de sus palabras tiene peso propio y forma parte de un discurso cuyo engranaje está perfectamente articulado, sin titubeos ni frases de más. Como diría Flaubert, tiene le mot juste, la palabra indicada para cada momento. Por eso, cuando dice que el jean hoy está más vigente que nunca y que no tiene edad, condición social ni requisitos físicos para ser usado, uno no hace otra cosa que creerle.
Con un look B&N en el que la nota de color la da su rouge rojo furioso y rodeada del universo lúdico de Jazmín Chebar, casi sin proponérselo Ana da cátedra y juega a hacer un poco de historia sobre el legendario pantalón.

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AYER
Se sabe que en sus comienzos el jean estuvo ligado al trabajo duro pero aún no hay certezas sobre su origen. Desde hace siglos, Italia, Francia y Estados Unidos se disputan la posta. Los italianos datan su nacimiento en el siglo XVII en la ciudad de Génova -en francés Gênes [yen]-, donde la pana de algodón era tejida con un tinte azul índigo procedente de la India. Allí, los marineros lo bautizaron “bleu de Gênes”.
Los franceses, por su parte, aseguran que su cuna fue la ciudad de Nîmes [nim], centro industrial textil donde se popularizó la sarga. Por esos lares se comenzó a hablar de la “serge de Nîmes” [de-nim], un tejido de algodón cuya trama estaba compuesta por hilos albiazules y era muy similar a la del “bleu de Gênes” -en la que sólo intervenían hebras azules-.
Dos siglos después, la sarga migró a los Estados Unidos y fue utilizada en la fabricación de toldos y carpas hasta que, en 1850, Levi Strauss comenzó a emplearla en la confección de pantalones para los mineros. En 1873 patentó, junto a Isaac David, el término “blue jeans” y, si bien su licencia venció en 1908, dejó un legado trascendental: aún hoy su prototipo es adoptado y reformulado por firmas del mundo entero.
Ya en el siglo XX, el jean se transformó en una prenda revolucionaria: donde había un jean había una idea fresca y controversial. Durante los años ’50, fue un bien de consumo apropiado por la cultura juvenil y utilizado como herramienta discursiva, símbolo de rebeldía y diferenciación del mundo adulto. Así, en “Rebelde sin causa” (1955), un veinteañero James Dean rompía las reglas con su chaqueta de cuero y sus vaqueros Levi’s 501.
En los años ‘80 la industria de la moda comenzó a tomar conciencia de su avance y de la competencia que constituía y, como una estrategia de marketing, en los ‘90 se decretó su inminente muerte, aunque resurgió con más fuerza que nunca. “El futuro nunca es como lo planteamos desde nuestras perspectivas en presente”, explica Ana, y agrega que es imposible fijar teorías dogmáticas porque la moda es una disciplina humana en permanente mutación.

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HOY
Según asegura la responsable de Bazaar, hasta los procesos más sofisticados y tecnologizados hoy guardan relación con las técnicas artesanales que hace siglos se utilizaban para desgastar: el chorro de arena, la piedra pómez y distintos abrasivos. El jean veintecatorce aún comparte sus principios fundacionales pero se aggiorna con las dinámicas actuales: tiene un discurso sustentable, indaga en la experimentación textil y fomenta la creatividad.
Es ecléctico y, según sus propiedades y cómo se combine, puede usarse en un picnic, un casual Friday, una entrevista de trabajo o una entrega de premios: “El protocolo del siglo XIX decía que en esas ceremonias había que usar strapless, brillantes y tiaras -señala Ana- pero hoy el brillante puede ser un algodón de excelente calidad”.
En la era del “mix & match”, no hay prohibiciones ni dictámenes dogmáticos: el efecto monocromo del jean con jean es la que va. Además, se le puede dar lo que el sociólogo francés Pierre Bourdieu llamaría "marcas distintivas", mediante pins, parches y remaches.
“No nos van a cambiar las plumas ni vamos a camuflarnos entre las hojas de los árboles como los pájaros, pero la moda funciona para nosotros como una coraza que nos permite establecer diálogos oportunos a las circunstancias y estar protegidos”, concluye Ana. Todo parece estar dado para que esta temporada el pantalón denim se convierta en un aliado, de nuestro ingenio y buen sentido depende el resto.

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Un especial agradecimiento a Federico Valenti por las fotos 3, 4, 6 y 10.

4 comentarios:

matichica dijo...

Linda Pilar! Gracias x estar y dar cuenta tan fielmente de todo lo que pasó en Jazmín... Siempre es un placer escuchar a Ana, se aprende tanto...
Beso grande, geacias por las fotos :)

Ju dijo...

Me encantó el post, muy interesante todo lo que leí! Qué sería de nuestras vidas sin los jeans, no?
Un beso, Juli.
www.trendalist.blogspot.com

pato_l dijo...

que buena reseña Pilar !!!!!!saludos

Unknown dijo...

El jean siempre es un básico que está, muchas veces lo vemos más y otras menos. Creo que es un item perfecto ya que puede adaptarse a cualquier cuerpo y por la gran variedad, colores y acabados es ideal para todo tipo de gustos.
Muy buen post. Buen fin de semana!